Dante Alighieri: La Commedia

Seguramente no haya ningún poeta sobre el que se haya escrito tanto. Dante murió en el año 1321 y a partir de ese momento se escribieron muchos comentarios acerca de la Commedia. Los primeros comentaristas fueron sus propios hijos: Iacopo y Prieto, pero también debemos recordar a Boccaccio. Estos comentarios fueron el resultado de las llamadas "Lecturae Dantis" , una especie de cursos en los que se discutían y se trataba de esclarecer el contenido de la obra. En el año 1472 aparecieron las tres primeras ediciones de la Commedia, una en Foligno, otra en Ancona y la última en Mantua.

En el siglo XV se hicieron las primeras traducciones al español de la Commedia: la del Marqués de Villena y la de Pedro Fernández de Villegas, pero la mejor de todas fue la del catalán Andreu Ferber.

Se ha querido hacer de Dante un santo,m uyn hereje, un ocultista, un teólogo, un filósofo, un lingüista... algo de todo ello puede haber en la figura de Dante vista a través de su vida y su obra, pero toda exageración radicalizadora tiende a alejarnos de la verdad y, lo que es peor, de aquello que Dante fue fundamentalmente y por encima de todo: un poeta incomparable.

 

DIVINA COMEDIA: UBICACIÓN LITERARIA, SENTIDOS, FUENTES Y PERSONAJES PRINCIPALES

Estructura de la Divina Comedia

Los tres reinos



La obra está dividida en tres cánticas: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Cada cántica está dividida en treinta y tres cantos, excepto la primera que tiene treinta y cuatro. El primer canto es considerado como una introducción general a la obra.
La obras está escrita en versos endecasílabos y la estrofa empleada es el terceto, donde coinciden el primero con el tercer verso, mientras el segundo marca la rima para el terceto siguiente de acuerdo a este esquema: aba - bcb - cdc. Cada canto termina con un cuarteto.
Toda la estructura se basa en la utilización cabalística de ciertas cifras: el 3 es un número perfecto, el número de la Santísima Trinidad y de allí la reiteración de esa cifra en la estructura; el 9 es un número místico y sagrado, resulta de la multiplicación del 3; el 33 se forma por la reiteración del 3, por lo tanto también es un número místico; el 1 representa la unidad divina y al combinarse con el 3 forma el 100 (33x3+1). Tres son las cánticas y cada una contiene treinta y tres cantos, el total es de 100 cantos, las estrofas son tercetos y cada rima se repite tres veces.
Esta forma se corresponde con el pensamiento medieval, acostumbrado a desarrollarse en moldes estrictos y significativos de por sí.
Los tres reinos
Según el sistema de Tolomeo, nuestro planeta está inmóvil en el centro del mundo y a su alrededor giran las esferas celestes en las que están suspendidos el sol, los planetas y las estrellas. Los puntos cardinales son: al norte, Jerusalén sobre el gran abismo del Infierno; al sur, en posición diametralmente opuesta, la montaña del Purgatorio; al este el Ganges; al oeste el estrecho de Gibraltar o columnas de Hércules.
El Infierno y el Purgatorio están en la tierra, el uno en forma de cono invertido que llega hasta el centro mismo, y el otro en forma de montaña altísima en cuya cúspide está el Paraíso terrenal.

INFIERNO


     Guiado por Virgilio, Dante llega al Infierno, gigantesco embudo en cuyo vértice está Lucifer. Es en el Canto III donde se ingresa a este reino y la inscripción en su puerta nos dará las características fundamentales del mismo: la ciudad del dolor eterno habitada por la gente perdida; ninguna esperanza de perdón o reconciliación pueden albergar los que allí pagan su culpa.
    Físicamente este mundo está dividido en nueve círculos, donde se ubican las almas pecadoras según ciertas normas; cuanto más abajo, menor será el espacio y mayor la culpa y el castigo. Esta división espacial se corresponde con una estratificación moral: siguiendo la distinción aristotélica de las tres disposiciones viciosas del alma humana, incontinencia, bestialidad y malicia.
Dentro de la incontinencia, Dante agrupa a los lujuriosos, glotones, avaros, pródigos e iracundos; dentro dela tendencia a la "bestialidad" coloca a los herejes y violentos para terminar con los maliciosos que incluye a los fraudulentos y los traidores. Es de destacar como el mayor grado de racionalidad que implica un pecado para concretarse agrava la culpa. Los habitantes de los primeros círculos no hicieron otra cosa que dejarse dominar por pasiones inherentes a la esencia humana, mientras que los últimos utilizaron su capacidad intelectual para hacer el mal.
    La oscuridad, reflejo físico de la condición moral del alma de los condenados, domina este mundo, este "aire sin estrellas" que se hace más alucinante en la medida que se llena de gritos de dolor y terribles blasfemias, expresión de la ira y la impotencia de las almas pecadoras ante la justicia divina. Es éste el reino donde el recuerdo de la tierra está más presente, no sólo a través de las vivencias de cada uno de ellas, sino de la indiscutible "corporeidad" que asumen las almas. Fijos en su pecado se muestran generalmente ansiosos de contar su historia.
    La escenografía del Infierno está cargada de puertas, tumbas, murallas, torres y castillos, así como ríos, pantanos, lagunas, lagos, viento, granizo, gusanos, perros o serpientes. Estos últimos colaboran con la función de los demonios, extraídos muchos de ellos del mundo mitológico greco latino; y en el vértice del cono, Lucifer, el ángel caído, concentra en su figura el terror del Infierno.
    El castigo tendrá una evidente relación con la culpa; esta relación puede ser de similitud, como en el caso de los lujuriosos, arrastrados por la eternidad por el viento como en vida se dejaron arrastrar por la pasión , o los suicidas, que habiendo atentado contra su cuerpo se ven obligados a renunciar a él; o por oposición a la culpa, como el caso de los "indiferentes", que no habiendo hecho una opción en vida se ven obligados ahora a experimentar el acicate de los moscones y las avispas y correr detrás de una bandera.
    Todos estos castigos son eternos, o sea que el condenado no tiene ninguna esperanza de que cesen, y no tienen otra significación que la del dolor que ellos producen sin que sirva para disminuir la culpa. 

ESTRUCTURA DEL INFIERNO



Representacióndel Infierno dantesco

AQUÍ ADJUNTAMOS EL TEXTO COMPLETO DE LA OBRA EN ESPAÑOL Y EN ITALIANO


PURGATORIO


Dante llega al canto XXXIV del Infierno, a contemplar lo más profundo de la degradación espiritual y desde allí comienza a ascender hacia la perfección. En el Purgatorio las almas sufren tormentos similares a los infernales, sin embargo éste es el reino de la esperanza, ya que los que allí habitan se han salvado, aspiran con certeza a ver a Dios, y el sufrimiento es para ellos una vía de purificación que acelerará el tránsito a la gloria.
Convencidos ya de la vanidad de las cosas terrenas, aspirando a gozar la gloria, las almas se hacen aquí menos corpóreas, más puras en su calidad de espíritus, y su registro emotivo deja de lado la violencia pasional de las almas infernales para teñirse de dulce melancolía. Los gritos son sustituidos por el canto y, en particular por el canto a coro; en el Infierno las almas están encerradas en su individualidad, aquí, unidas en el amor, trascienden sus límites para unirse en la alabanza al creador. Los demonios son sustituidos por visiones angélicas que hablan de la proximidad del Paraíso.
Geográficamente el Purgatorio se ubica en una isla inaccesible del hemisferio austral. Concebido como una montaña trunca está dividido en tres zonas: en la base una zona rocosa, de difícil acceso es el Antepurgatorio; en el cuerpo del monte está el Purgatorio propiamente dicho, dividido a su vez en siete terrazas donde el alma se purifica de los siete pecados capitales (soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula y lujuria); y por fin en la cúspide una planicie que es el Paraíso terrenal.
En este lugar termina la función encomendada a Virgilio, al que está vedado entrar en el reino de los bienaventurados. En la etapa intermedia del Paraíso terrenal, Virgilio desaparace y ante los asombrados ojos de Dante aparece Beatriz, símbolo de la Teología o la Gracia divina, únicas guías posibles para entrar en el Paraíso.

ESTRUCTURA DEL PURGATORIO

 

PARAÍSO


Del Paraíso terrenal Dante asciende al Paraíso verdadero atravesando los nueves cielos, esferas concéntricas luminosas y transparentes, sobre las cuales está el cielo empíreo, fijo, sede del mismo Dios, y en torno a Él, las jerarquías celestiales y la rosa de los bienaventurados, iluminada directamente por el propio Señor de la creación.
Los nueve cielos son:
1 ) Cielo de la Luna, donde se ubican los espíritus que quebraron sus votos.
2 ) Cielo de Mercurio que es la ubicación de los espíritus activos y bienhechores.
3 ) Cielo de Venus donde están los espíritus amantes.
4 ) Cielo del Sol, donde se encuentran los espíritus de los teólogos y doctores.
5 ) Cielo de Marte, donde están los espíritus que combatieron la fe.
6 ) Cielo de Júpiter, donde se encuentran los espíritus justos y sabios
7 ) Cielo de Saturno, donde se ubican los espíritus contemplativos.
8 ) Cielo de las Estrellas, donde están los espíritus triunfantes
9 ) Cielo Cristalino, donde se ubica el Empíreo donde está Dios iluminando la rosa de los Bienaventurados y rodeado de nueve círculos de jerarquías angélicas que son: ángeles, arcángeles, principados, potestades, virtudes, dominaciones, tronos, querubines y serafines 

ESTRUCTURA DEL PARAÍSO


DANTE ALIGHIERI / LA COMMEDIA / PROF. ÁLVARO REVELLO
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